Que España es una de las grandes potencias en el terreno publicitario no me atreveré a negarlo. Pese a que los premios en festivales no son un indicador tajante del nivel de calidad sí que son un buen baremo de evaluación puesto que los festivales publicitarios están mucho menos viciados que otro tipo de galardones, como por ejemplo los del cine. Y aunque en estos eventos es frecuente el reconocimiento a la publicidad nacional, lo cierto es que el día a día del sofá nos revela un abundante cutrerío.
En el mundillo publicitario existe una especie de verdad no escrita que dice que si un producto es malo la publicidad no puede ser buena. Si a esto le unimos que hay productos que dan más juego que otros debemos comprender que no se pueden hacer milagros y que hay que perdonar la emisión de ciertos anuncios. Y uno acaba por intentar ser benévolo ante tanto sufrimiento porque, al fin y al cabo, es un sufrimiento que se ve sentado en el salón con el aire acondicionado.
Central Lechera Asturiana: Esto es la leche 2008
Pero la paciencia tiene un límite. Puedo entender que no se hagan buenos anuncios por falta de ideas. Puedo entender que los clientes sean poco exigentes con los trabajos que les entregan las agencias. Puedo entender que se intente dar un giro a la comunicación de una marca. Incluso puedo entender que tanto creativos como clientes fumen sustancias psicotrópicas en la reunión de aprobación de la campaña. Lo que no comprendo, ni tampoco soporto, es que se nos intente tomar el pelo.
Mixta: Cerdo volando 2008
En general, toda la campaña de Mixta es un despropósito. Pero, sin duda, este anuncio es la guinda a todo ese cúmulo de vejaciones visuales con el que los responsables de comunicación de la marca nos están obsequiando. Como siempre, la transgresión es el paraguas que acoge semejante basura bajo el pretexto de aportar una visión diferente de la publicidad. Si a algún estudiante de Publicidad en cualquier universidad de España se le ocurre presentar un trabajo similar a esto le pondrían un grandioso y enorme cero. Y con razón. Lo peor de todo es que el producto, una bebida refrescante ideal para el verano, tiene un sinfín de posibilidades. La cosa se hace más peliaguda cuando se sabe que Mixta es la shandy de Mahou, que tan bien sabe explotar su publicidad. Estoy seguro de que quienes han realizado este excremento en forma de espot publicitario argumentan que quieren otorgar una visión descarada y sin complejos de la vida que sólo Mixta te puede dar, o cualquier sandez parecida. A mí lo único que me puede provocar este anuncio es la sensación de que si bebo una lata de Mixta soy un auténtico gilipollas. Lo más sangrante de todo es que antes de que lanzara su campaña yo era consumidor habitual de la marca. Ya se sabe, por aquello de tomar un aperitivo los domingos a mediodía. Después de ver esto ya he comunicado a mis progenitores mi deseo expreso de no consumir más este producto, y espero que este ejemplo lo siga más gente. Tan sólo un oftalmólogo puede recomendar el consumo de Mixta, ya que gracias a su campaña es posible que aumente la lista de espera de su consulta.
2 comentarios:
Me parto!
Estoy deacuerdo en que la campaña de Mixta no sólo no es suficientemente buena sino que no están consiguiendo ni el propósito de impactar. El otro día, viendo uno de los anuncios por la TV, mi hermano y yo nos miramos como diciendo "lo has pillado?". Obviamente, no.
Eso sí, se genera imagen de marca. Y probablemente una imagen de marca que no existe. Es decir, diferenciada de la competencia.
...
Ahora, si no existe por algo será.
los anuncios de mixta solo pueden calificarse de repugnantes,aunque fuera la mejor bebida del mundo no la probaría.PENOSO
Publicar un comentario