
Por si esto no fuese suficiente, también se señala que 651 anuncios relacionan el consumo de alcohol con el éxito -profesional, social o sexual-. Respecto a la ubicación de los originales de prensa, 190 están situados en ubicaciones preferentes como las portadas o contraportadas de las publicaciones, lo cual está prohibido en el código autorregulación.
Pero claro, los códigos de autorregulación no son más que eso, códigos. Distan mucho de ser leyes que de saltarse acarrearan graves problemas jurídicos. Si no se cumplen los códigos la máxima pena pasaría por ser expulsado de la federación correspondiente y se daría un toque de atención a la agencia publicitaria encargada de la campaña. La única ley respecto a la publicidad alcohólica simplemente prohibe los anuncios de televisión de aquellas bebidas con una graduación mayor de 20 grados. Pero claro, practicas como el product placement permite saltarse tranquilamente esta regulación.
Y es que esto es la pescadilla que se muerde la cola. Si tan malos y nocivos son el alcohol o el tabaco, ¿porque se permite su consumo y su publicidad? Como siempre, Don Dinero vuelve ha demostrar que el poder poco entiende de salud pública o de simple coherencia.
1 comentario:
Hecha la ley, hecha la trampa.
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